7 errores a evitar al guardar el vino en casa

Ha llegado ese momento especial, acabas de hacerte con esas botellas de vino que tanto deseabas y ya estás sufriendo porque no sabes muy bien dónde guardarlas para no echarlas a perder. Si eres de los que no tiene muy claro cómo conservar el vino en casa de la mejor manera sigue nuestros consejos y evita estos 7 errores que te revelamos a continuación, te ahorrarás dinero y situaciones desagradables.

Lo que tienes que tener siempre claro es que hay dos cosas fundamentales para conservar bien una botella de vino: la temperatura y la humedad. Un cambio de temperatura constante o una humedad muy escasa o excesiva dará al traste con esas botellas que tanto esperas para abrir.

Aquí van los 7 errores que deberías evitar:

1. Guardar el vino en la cocina mientras haces tu fritanga.

No, la cocina no es un lugar donde dejar un buen vino que se precie. Son espacios donde la temperatura suele variar bastante, por lo que olvídate de los botelleros que algunas cocinas tienen entre sus armarios para colocar el vino. Es el peor sitio de todos y verás como en cuestión de pocos días o semanas tu vino ha cambiado radicalmente, sobre todo si le tiras bastante al fritanga, ya me entiendes. La temperatura oscilará tanto que le dará una auténtica paliza a tus preciados vinos.

2. Creerte que tu sótano es la nueva bodega de Vega Sicilia

Sentimos comunicarte que tu sótano no es una bodega, aunque en algunos casos sí que puede ser una buena opción cuando se dan unas características concretas y estos guardan bien la humedad y una temperatura aceptable y constante durante todo el año. No obstante, antes de darlo por hecho comprueba cuáles son tus condiciones en el sótano antes de venirte arriba. Si las condiciones son buenas ¡adelante! aunque lo mejor seguirá siendo una cava con control de temperatura.

3. Pensar que en el hueco de la escalera el vino queda molón

No será tan molón cuando lo tires por el fregadero cuando después de unos meses o años te decidas a abrirlo.

La escalera suele soportar muchas vibraciones con tanta subida y bajada de personas, sobre todo si tienes niños pequeños, por lo que los vinos con cierta edad verán cómo sus posos están montados en una montaña rusa constante y tanto mareo nunca acaba bien; acabarás destrozando su equilibrio. Además, casi seguro que es una zona donde la temperatura no es ni la mejor ni constante, por lo que se suma a ese vaivén infernal que te privará de noches mágicas en torno a la copa.

4. Castigar a los vinos a permanecer de pie de por vida.

Siempre ha habido algo de confusión sobre si guardar los vinos acostados o de pie para conseguir su mejor conservación. Lo ideal es que, ante la duda, los pongas acostados. De esta manera el vino mojará el corcho y permitirá que se expanda, sellando completamente la botella y evitando que entre oxígeno de más y acabe por arruinar el vino. Si estuviera el cocho reseco por estar de pie la botella es muy posible que, antes o después, acabe por dejar pasar el aire al interior y llevarte también de regalo alguna rotura del corcho cuando intentes abrir la botella.

Dicho lo anterior, si el vino lo vas a tener muy poco tiempo, unos días, no te preocupes, no pasará nada, pero si es para guardarlo más tiempo déjalo acostado. Si te estás preguntando qué le sucedería a un espumoso la respuesta es la misma aunque te hayan aconsejado de todo; para largos periodos de tiempo déjalos acostados, para poco tiempo puedes tenerlas de pie.

5. Usar el frigorífico-congelador. A tus vinos no le gustan tus helados.

Muchas veces llegas a casa con el vino, no sabes donde dejarlo y ves que tienes hueco en el frigo. Piensas que ahí estará fresquito y lejos de toda perturbación. Pues no.

El vino y la temperatura es importante tanto si te pasas de frío como de calor. Y es que un frigorífico estará a 4 o 5 grados y dejar una botella durante bastante tiempo a esa temperatura provocará en algunos vinos menos tratados enológicamente ciertas precipitaciones y perturbaciones que pueden dar al traste con ellos o como mínimo dejarlos con aspecto de zombi leproso.

Imagina por un momento poner un abuelito de 90 años a correr los 100 metros lisos, pues eso es lo que haces cuando llegas con un vino a temperatura ambiente (pongamos 30 grados en verano) y lo metes a 5 grados en el frigorífico, o peor en el congelador a -24 grados; en este último caso le acabas de dar la tunda de su vida.

Habrá vinos que como digo resistan mejor estas temperatura del frigorífico (olvídate del congelador) pero otros los están maltratando un poquillo sobre todo si los vas a dejar durante bastante tiempo. Usar una cubitera con agüita y sal es siempre lo mejor.

El frigorífico está bien para darle un pequeño golpe de frío antes de tomarlo si no hay mejor opción, o para dejar vinos ya abiertos para el día siguiente si no tienes una cava en condiciones, pero deja de ver tu frigorífico como una bodega donde meter cualquier vino durante semanas o meses.

Hazte con una cava, ahora hay ofertas de pequeñas cavas de tan solo 6 o 12 botellas. Lo amortizarás sólo con los cabreos que te vas a ahorrar.

6. Pensar que los vinos te los robará Drácula.

Tu vino puede que reluzca como piedras preciosas a la luz del sol o de la lámpara de la abuela, pero lo cierto y demostrado es que la iluminación no es muy buena para la paz de los vinos, por lo que busca lugares donde el vino pueda descansar sin muchas molestias de luz. Aunque no lo creas puedes llegar a oxidar los vinos por exponerlos durante tiempo a la luz artificial, y no digamos si le da el sol. Puede parecer una frikada pero cuando a una mala temperatura, humedad y ruido le sumas el efecto de la luz, el desastre está asegurado.

7. Hacer caso a lo que te diga tu cuñado

No es por ir en contra de nuestros queridos cuñados (o quizás sí), pero aquí nos referimos a hacer caso a todo lo que te dice la gente. Todo el mundo tiene y quiere dar su consejo, pero lo cierto y verdad es que lo mejor es hacer caso sólo a los consejos de gente profesional o de la que sabes a ciencia cierta que saben de lo que hablan, porque a final de cuentas lo que se echará a perder es tu vino, no el de tu “cuñado”.

Por lo todo lo anterior, evita los cambios bruscos de temperatura, siendo lo ideal 14-15 grados y una humedad adecuada en torno a 75%, sin mucho ruido y sin luz. Si esto te parece mucho, hay una solución perfecta que ya te hemos comentado: una cava del tamaño adecuado a tus necesidades,  darás con la solución para evitar todos estos errores. Palabra de Vinatero.

Si crees que alguien que conoces necesita estos consejos comparte este artículo y ayúdanos a evitar que muchos vinos puedan caer por el terrible monstruo del fregadero.

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